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Foto del escritorAeternumtango

Balletin Dance



Mariano Suazo escribió, coreografió y dirige una propuesta con base en el abrazo tanguero pero de estética gótica. Con diez parejas de bailarines y orquesta en vivo, hará su debut este mes, tratando de conquistar a un público amplio. “No hay sangre ni agresividad, es todo muy romántico aunque haya vampiros”, aclara.

Anunciado como “el gran musical gótico”, Buenos Aires asistirá este mes al estreno mundial del espectáculo The Dark Dance, que marca a su vez el debut de la compañía Aeternum Tango, creada por el bailarín y coreógrafo Mariano Suazo. Conocido por sus trabajos en shows como Forever Tango y en las casas La Ventana y Piazzolla Tango, entre otras, Suazo ensaya en este nuevo proyecto una fusión entre el abrazo propio de la danza de pareja y una base musical a la que define como “metal lírico”.


“La música no es tango, no. Uso el tango-danza como una herramienta, pero la partitura es metal lírico, con una soprano (Melina Liberati) como cantante. De todos modos, la orquesta tiene bandoneón, lo que le da un matiz diferente al sonido. La referencia al tango tiene que ver con el origen de los bailarines que convoqué, aunque aprovecho también el resto de su formación en danza jazz, clásico, contemporáneo”, explica el director.



¿Qué le atrajo de la estética gótica?


Comencé jugando. La idea original fue tomar parejas de tango y caracterizarlas para hacer books de fotografía. A partir de ahí se me dio por escribir las historias de cada personaje. El proyecto empezó a crecer. La estética ya me gustaba, y no la había visto nunca en un show de danza. Yo bailo desde hace muchos años y uno está a la espera de que alguien le muestre algo diferente. Sin embargo, siempre veía lo mismo. Esto era algo distinto sin apartarse por completo del tango. Con las historias y los personajes pude armar un primer show de quince minutos. Ya ahí vi que se podía plasmar en un espectáculo mayor todo lo que tenía en mente. Fueron cuatro años de escribir, de probar ideas. Hoy tenemos una escenografía virtual, diez parejas de bailarines sobre el escenario, música y letras originales. Armamos un musical completo.



¿De qué va la historia?


Es una suerte de cómic con viñetas creadas por un dibujante que trabajó para Disney, y que saltan de una pantalla al escenario. La historia es una suerte de Alicia en el País de las Maravillas pero oscura, ambientada en una casona de Buenos Aires.



¿Cómo es eso?


Una chica entra a la casona siguiendo a un gatito. Todo lo demás ocurre ahí dentro, en los ambientes que recorre para poder encontrarlo. Al final, el gato no es tan inocente, pero no puedo contar más.



¿Cómo reaccionan los bailarines ante esta propuesta tan distinta a todo?


Pasan dos cosas: o al poco tiempo me dicen que no les interesa, o se les abre la cabeza y se entusiasman. Los estoy sacando de La Cumparsita, Derecho Viejo y Gallo Ciego, de sólo pensar en tirar pasos, para ir hacia algo más abstracto. El baile es apenas un instrumento para contar una historia. Al muy buen trabajo de baile que ya sabemos que hace cada pareja lo apoyamos con una puesta distinta a todo.



¿Para qué tipo de público lo imagina?


Para todos. No está destinado específicamente al público tanguero porque, en esencia, no es un espectáculo de tango. De todos modos, esa gente puede ver el tango bailado en esta obra, aunque no lo va a escuchar. En el show no hay sangre ni agresividad, es todo muy romántico más allá de que haya vampiros. Se juega mucho con lo inocente.



¿Hay una demanda de este tipo de shows en el exterior?


Hace una década las compañías tradicionales de tango habían dejado de funcionar. Seguían vigentes los espectáculos más conocidos, aunque con menos trabajo. Pero hace unos pocos años empezaron a aparecer nuevas compañías y resurgió el interés en el mundo. Todo es cíclico. De todos modos, yo estaba necesitando ver algo diferente, es casi una necesidad personal dejar de ver más de lo mismo. ¿Si el público del extranjero demanda nuevas propuestas o la reiteración del formato se debe a que la gente quiere ver eso? Todavía no lo sé, es una incógnita.


“Para los bailarines es todo muy diferente”, confirma Lidia Cardozo, integrante de la compañía (en pareja con Luis Giofredda, productor ejecutivo) y encargada además del diseño de vestuario. “Hay muchas máscaras, galeras, encajes y puntillas, materiales a los que no estamos acostumbrados”, admite. Silvia Vaccaro es la asistente de coreografía del espectáculo y el pianista Emiliano Greco compuso la música y dirige la orquesta en vivo. Son 27 los artistas en escena.



The Dark Dance se verá en una única función el lunes 22 de abril, a las 20:30 hs, en el Teatro Metropolitan (Av. Corrientes 1343), como antesala de una gira cuyo itinerario se está cerrando en estos días.


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